En la zona más alta de Mundomar está localizado el delfinario. Sus habitantes son de la especie Tursiops truncatus, también llamados delfines mulares. Las diferentes piscinas que forman el conjunto de la instalación han sido creadas para atender las exigencias de nuestros delfines según sus necesidades. Además de la piscina en la que tiene lugar la exhibición, existen piscinas de reproducción, piscina de separación o estancia y piscina médica.
Los animales son entrenados diariamente por personal especializado. Se realizan ejercicios para que los delfines se acostumbren a los comportamientos médicos rutinarios que se les realiza de forma periódica. Los delfines también son entrenados para realizar de forma controlada algunos de los comportamientos que podemos observar en su medio natural, entre ellos saltos, emisión de sonidos, diferentes formas de natación...
La especie se conoce por su carácter y curiosidad amistosos. Es frecuente que un zambullidor sea investigado por un grupo de ellos. De vez en cuando, los delfines han rescatado a zambullidores en peligro llevándolos a la superficie, un comportamiento que también demuestran hacia los miembros en peligro de sus propias especies.
En noviembre de 2004, un informe más dramático de la intervención de un delfín vino de Nueva Zelanda: un gran tiburón blanco se acercó a tres salvavidas, nadando a 100 m de la costa cerca de Whangarei. Un grupo de delfines, detectando al parecer el peligro de los nadadores, se reunió y los rodeó firmemente por cuarenta minutos, previniendo un ataque de tiburón.
Los delfines se alimentan de una gran variedad de peces, pulpos y calamares. Bajo el cuidado humano se utiliza sobre todo pescado del Norte del Atlántico para mantener la misma calidad y valor nutritivo durante todo el año. Arenque, caballa, bacaladilla y calamares son las principales fuentes de alimentación.
La dieta es individualizada y la cantidad y tipo de pescado para cada animal varía según su peso, aspecto físico y otros factores puntuales.
En su dieta también están incluidos minerales, vitaminas y líquidos.
Se ha confirmado que los delfines mulares son el segundo animal más inteligente del planeta, después del ser humano y por delante de los grandes simios, contradiciendo lo que se creía hasta ese momento. Algunas características que definen la inteligencia de estos cetáceos son:
Los delfines mulares nadan a una velocidad de 5-11 km/h (3-6 nudos); en tiempos cortos pueden alcanzar velocidades máximas de 35 km/h (21 nudos).
Su sueño es así muy ligero; algunos científicos han sugerido que las dos mitades de sus cerebros se turnan en dormir y despertar
Cada 5-8 minutos, los delfines tienen que salir a la superficie para respirar a través de su espiráculo (en promedio, respiran más a menudo).
Como otros delfines, se sirven de un sistema de ecolocalización para localizar su alimento y, a menudo, cooperan entre ellos para acorralar a sus presas